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“Déjà vu” mientras suena el grito de “a las barricadas” y “no nos moverán” de los estudiantes y las enfermeras de hace casi cincuenta años y que seguramente volverá a sonar por la gracia del Ministro de Universidades del Gobierno de España.
¡Que viva el proletariado y la clase obrera! De las Universidades ya se encarga usted don Manuel.
“Ay don Manolito”, como cantaban en una famosa zarzuela del mismo título, ¿Qué le han hecho a usted las Enfermeras?
Mientras nuestro insigne presidente del Gobierno deshoja la margarita sobre si le hecha a usted o no, no caería esa breva, …la de que le cesen de su “silloncito oficial”, no se le ocurre otra cosa que proponer un Real Decreto “de enseñanzas Universitarias” en el que mezcla disciplinas como si fuese un barman, y decide, al margen, y en contra, de los organismos internacionales y europeos que profesiones le merecen a usted un respeto y cuales no. Como si fuese “las cotizaciones de la Bolsa”: Hoy Medicina y Veterinaria suben, Enfermería se desploma a niveles nunca vistos desde 1974.
Relegar la Enfermería a una disciplina menor, no deja de ser el reflejo de una realidad, es como el señor ministro y otros muchos políticos ven a la enfermera, para ellos no es comparable con la Medicina o con Veterinaria. De ahí la redacción de este borrador de Real Decreto, que esperemos, nunca llegue a ver la luz, porque directamente amenaza con consolidar la imagen que no nos gusta, la de ayudantes del médico, hace tiempo que lo dije… vamos de cabeza hacia el ATS, por ese lado, mira, el nombre del sindicato de enfermeras volverá a tener sentido.
Bromas aparte, este Real Decreto, es un retroceso en la calidad formativa de las enfermeras, una falta de reconocimiento a la capacidad y competencia de todas las enfermeras graduadas hasta este momento. Una falta de respeto inaceptable a las 350.000 enfermeras españolas, asistenciales, gestoras, docentes, investigadoras, que han luchado por llegar al nivel académico y competencial que hoy tenemos.
Si algunos teníamos la ilusión de que las enfermeras fuesen el motor y asumiesen el liderazgo de la necesaria reforma de nuestro modelo de salud, en este Real Decreto tenemos la respuesta: al efecto nos sirve lo que se decía antiguamente de las mujeres “en casa y con la pata quebrada” así quiere “Don Manolito” a las Enfermeras.
A mi entender esta situación es la gota que colma el vaso, si permitimos que ese Real Decreto vea la luz, si nos encojemos de hombros sin hacer nada, la ilusión del progreso se acabó, iremos cuesta abajo, y consolidaremos la realidad laboral de la enfermera… una profesión menor, una señora muy maja, que nos cuida y nos pone vacunas, ¡La ayudante del médico!
Sin duda, como sucedió en los años setenta del siglo pasado, TODOS LOS ESTUDIANTES DE GRADO DE ENFERMERIA DEBERIAN ALZAR SU VOZ, LAS 350.000 ENFERMERAS ESPAÑOLAS DEBERIAN GRITAR BASTA Y HACER VALER SU FUERZA Y SU POSICIÓN.
Desde la Asociación Española de Enfermería y Salud invitaremos al Consejo General de Enfermería y todos los organismos implicados a MOVILIZARSE, apelaremos al Presidente del Gobierno de España para que este MALTRATO a nuestra profesión cese de inmediato.
Esta situación vuelve a poner de manifiesto nuestra idea de que las Enfermeras debemos asumir responsabilidades de gobierno, HOY MÁS QUE NUNCA NECESITAMOS UNA ENFERMERA EN LA MONCLOA
Luis Miguel Alonso
Presidente AEES
Entre el caos, lo absurdo, la miseria política y la incertidumbre post pandémica, la Asociación Española de Enfermería y Salud, que si no fuera por el orgullo patrio debería cambiar el gentilicio por Internacional, brilló una vez más, en el III CONGRESO INTERNACIONAL Y VI NACIONAL DE ENFERMERIA Y SALUD: UNA ENFERMERA EN LA MONCLOA.
En esta ocasión el punto de encuentro era una pantalla electrónica, pero detrás de ella estaban enfermeras, las de siempre y otras nuevas, y espero sinceramente no haberlas defraudado. Por qué ellas, vosotras, sois la razón de ser de nuestro foro de debate.
Trescientas comunicaciones tipo Póster, cincuenta y tres comunicaciones orales, con mejor o peor calidad metodológica o utilidad, nos dicen incuestionablemente que las enfermeras quieren investigar, y tienen la capacidad y competencia para hacerlo. Y como se reflexionó en el propio Congreso, ya es hora de dejar los experimentos para avanzar y desarrollar proyectos de impacto directo en la mejora de los cuidados que prestamos a la sociedad, más allá de fortalecer nuestra individual capacidad metodológica.
Enfermería y Salud abrió una ventana al otro lado del Atlántico para encontrarnos desde España y Portugal con las enfermeras Estados Unidos y Canadá, México, Argentina, Costa Rica, Uruguay, Cuba, Panamá, Colombia, Brasil, Perú, El Salvador y Chile. Un encuentro intenso y esperanzador.
Tuvimos tiempo de formular nuevas teorías para la práctica enfermera, y eso me hace recordar cuando en mi juventud profesional asistía a congresos de enfermería en los que Virginia Henderson formulaba sus propuestas teóricas, con las que las enfermeras de todo el mundo han trabajado durante décadas. (Ventajas de la edad, los inconvenientes no se los cuento, ya los descubrirán, espero) Y soñé que algún día las envidias y rencores profesionales darían paso al reconocimiento de los grandes referentes de nuestra enfermería contemporánea.
Me sentí orgulloso de que, una vez más, la Organización Mundial de la Salud, manifestase su apoyo a Enfermería y Salud y su encuentro internacional, lo mismo que enfermeras de largo recorrido y prestigio internacional como la contralmirante Susan Orsega de los Estados Unidos, Silvina Malvarez de Argentina o Ivone Evangelista Cabral de Brasil.
Regresamos a la vieja encrucijada de nuestra Imagen Profesional, una asignatura pendiente que nunca fuimos capaces de resolver, quizás porque no era un simple problema de imagen, sino de las circunstancias que nos rodean y que habitualmente no queremos ver. Ignoramos que nuestra representación institucional es anacrónica y decimonónica, sin hablar de honorabilidades, que los intereses de los sindicatos corporativos no son los de los profesionales. Sabemos que la capacidad y competencia que nos otorga el título universitario de enfermera no se corresponde con la legislación y realidad laboral. Sabemos que el desarrollo de la especialización enfermera es una farsa. Pero no hacemos nada para cambiar esta situación, que es el origen de esa imagen que de nosotras se tiene y no nos gusta.
Por todo esto es que soñé con este Congreso de Enfermería y Salud. Por esto soñé que necesitábamos una “Enfermera en la Moncloa”, en cualquier gobierno del mundo.
Porque nadie va a legislar para las enfermeras, porque solo si las enfermeras se unen y se implican en la gestión, en responsabilidades de gobierno, podrán llegar a legislar, podrán liderar la necesaria reforma del modelo de salud, podrán trabajar para mejorar la calidad de vida y garantizar el Estado de Bienestar de la población española y del mundo.
No sé lo que pasará en nuestro próximo Congreso de Enfermería y Salud, pero les aseguro que estoy ansioso por averiguarlo.
Luis Miguel Alonso
Presidente AEES
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