UNA ENFERMERA EN LA MONCLOA
Parece que fue hace una eternidad, pero en realidad no hace tanto tiempo que dije que nada volvería a ser como antes, que la nueva normalidad no tiene nada de normal, simplemente seguimos adelante.
Anclarnos en el pasado no es la solución. Aunque mirar atrás para aprender de los errores es imprescindible.
Perdonar es una virtud que nos ayuda a seguir adelante, hacia el futuro, un futuro que sería más seguro sin los gestores de la crisis sanitaria a todos los niveles, desde el gobierno de España hasta los centros de salud y los hospitales.
El pasado no se puede cambiar, y el futuro será lo que queramos que sea.
Si, ya sé, en nuestro país, en el conjunto del planeta, hay poderes que nos superan, que influyen en nuestras vidas, que marcan nuestros destinos, y en la mayoría de las ocasiones ni nos enteramos, …ni queremos enterarnos. Es sorprendente que la salida de Estados Unidos de la OMS sea una reseña de segundos en el telediario o una nota a pie de pagina del periódico.
Pero no se engañen, la clave sigue siendo “shakespeariana” querer o no querer, dejarse llevar, engañarnos a nosotros mismos: “Nursing Now”. O bien, levantarnos, agradecer los aplausos, y decir: “yo no soy esa que tu te imaginas”, una enfermera que te cuida, que te cura si tienes heridas, que te pone las vacunas, una señora maja, …la ayudante del médico. Es cuestión de alzar la cabeza y decir “una enfermera es mucho más”, pero ¿de verdad queremos ser algo más?, Quiero pensar que sí.
A pesar del señor Trump, y los aciertos y errores de la OMS en la actual pandemia, estoy convencido de las buenas intenciones y la clarividencia del doctor Tedros cuando vaticinó que para garantizar la salud de la población mundial era necesario incrementar sustancialmente el numero de enfermeras y matronas en todos los países. Y además alentaba la implicación de nuestros colectivos en gestión.
Y que poco hemos tardado en comprobar el ridículo de los golpes de pecho de nuestras insignes enfermeras, los chorros de tinta “Nursing Now” y las fotos con políticos que no tardaron un segundo en olvidarse de que existíamos en cuanto llegó una crisis sanitaria y había que tomar decisiones. Y de nuevo me asalta la duda ¿las enfermeras quieren tomar decisiones? Quiero pensar que sí.
Ahora más que nunca es el momento oportuno de abordar la reforma del modelo de salud de nuestro país, aprovechando que se ha desmantelado literalmente a causa de la crisis pandémica, y comienza la reconstrucción. Es la situación perfecta para que las enfermeras lideren la reforma y construyan un sistema de salud adecuado a las necesidades de la población actual y futura, reforzado y organizado para afrontar cualquier crisis sanitaria venidera. Y para colmo la columna vertebral de la reforma ya la hemos explicado. Tenemos un plan, un proyecto coherente. Las enfermeras tenemos el conocimiento, la capacidad y la competencia para abordar y liderar la reforma del modelo de salud.
¿A que tiene gracia? Seguramente se partirán de la risa los médicos, los gerentes, que suelen ser médicos, los directores generales, los consejeros de sanidad, incluso, la mejor médico del mundo, que reside en mi comunidad, los ministros del gobierno, incluido el de sanidad. Las enfermeras no tanto.
El pasado no se puede cambiar, pero el futuro será lo que queramos que sea.
¿Por qué una enfermera Diputada o Senadora es una rareza política?
¿Por qué no hay enfermeras presidentas de Cámaras o Gobiernos Autonómicos?
¿Por qué nunca una enfermera ha sido ministra?
¿Por qué una enfermera no puede gobernar España?
El futuro será lo que queramos que sea
Solo desde el poder, solo desde el gobierno de las instituciones podrán las enfermeras liderar el cambio del modelo de salud que precisa nuestro país.
Ya es hora de que una mujer, profesional, competente, sensible y empática, que una enfermera, gobierne este país para mejorar la vida de todos los ciudadanos.
¡¡¡NECESITAMOS UNA ENFERMERA EN LA MONCLOA!!!
Luis M. Alonso
Presidente AEES