Podemos escuchar diferentes voces del ámbito del sector de la sanidad que requieren un gran pacto político para abordar la reforma de un modelo de salud pionero hace cincuenta años, que siempre ha sido un orgullo nacional, pero que hoy en día no responde a la realidad, ni a las necesidades de la población actual y venidera.
Hasta ahí estamos de acuerdo, pero tampoco somos ajenos a la realidad política de nuestro país, y a la casi imposibilidad de diálogo entre un numero de fuerzas políticas cada vez más disperso y siempre muy partidista, ni a la práctica inutilidad del Consejo Inter territorial de sanidad, que podría ser el órgano regulador de un compromiso de homogeneidad, convergencia y desarrollo de los 17 Sistemas de Salud, y la necesaria reforma de los mismos.
A pesar de ello tenemos claro el diseño y planificación de la necesaria reforma, que en los discursos políticos nunca se desarrolla, ni se explica, salvo de manera sesgada, identificando acciones individuales y paliativas.
Partiendo de que, no ya la asistencia sanitaria, sino la completa cobertura de las necesidades en materia de salud de la población actual y futura a corto y medio plazo ha de ser integral, entendemos que el primer nivel de actuación es fundamental y eje de todo el modelo de salud del futuro LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD.
La situación del modelo de Atención Primaria de Salud es obsoleta, no se corresponde con las actuales necesidades en materia de salud de la población, tiene graves problemas de supervivencia derivados de precariedad en infraestructuras y recursos tanto humanos, como materiales. En definitiva, parchear, o reparar no es la solución, el modelo precisa una REFUNDACIÓN completa.
Obviamente una reforma integral del modelo implica un complejo proceso de planificación, desarrollo e implantación que no está exento de un coste significativo en recursos estructurales, materiales y humanos, por lo cual hay que entender que la sanidad no es gratis, tiene un coste que suele ser proporcional al nivel de salud que se quiera alcanzar.
Como premisa consideramos que la estructura y recursos del modelo de salud debe tener siempre la titularidad en el propio sistema sanitario, sin depender de otras instituciones ni organismos, como sucede en la actualidad, en que los consultorios asistenciales dependen de las corporaciones locales (Ayuntamientos).
Y en consecuencia la participación ciudadana y sus necesidades deben ser canalizadas no por los propios ayuntamientos, sino mediante una estructura operativa, realista y sostenible. Los actuales Consejos de salud o Consejos de Participación ciudadana no han ofrecido resultados homogéneos, ni adecuados.
En cuanto a la estructura del Modelo de Atención Primaria describimos las áreas a desarrollar:
La Atención Médica no varía en su naturaleza, su función propia, que no puede sustituirse desde ningún otro ámbito profesional, es evaluar y diagnosticar patologías, e instaurar los tratamientos oportunos. Y de manera conjunta con el resto de profesionales de la salud participar en los programas y proyectos de Prevención y Promoción de la Salud y el abordaje de la cronicidad y el paciente pluripatológico.
La Atención Enfermera si implica un cambio conceptual partiendo de su formación, capacidad y competencia como GRADUADO en enfermería, que implica el desarrollo de competencias propias, no supervisadas por otros profesionales al respecto de la cobertura de las necesidades en materia de cuidados de la población, y la integración en equipos multidisciplinares de actuación en programas y proyectos de Prevención y Promoción de la Salud y el abordaje de la cronicidad y el paciente pluripatológico.
El proyecto implica articular los mecanismos necesarios para alcanzar progresivamente los recursos humanos, necesarios, médicos y enfermeros, correctamente formados, así como de otros profesionales de la salud, necesarios para la implantación del nuevo modelo.
Este modelo se centrará en dos vertientes, una asistencial y otra de prevención y promoción de la salud.
Desarrollar una estructura de Prevención y Promoción de la salud es fundamental para, por un lado, mediante intervenciones en diferentes rangos en la población actual mejorar su calidad de vida a corto y medio plazo, y por otro lado, mediante la implantación generalizada de al menos una enfermera en cada centro escolar (público y privado), no solo mejorar la calidad de vida, sino cambiar la morbimortalidad de la población a medio y largo plazo.
Entendiendo que la enfermera escolar no solo ha de desarrollar una función asistencial, sino primordialmente desarrollar su función docente.
La implantación de la figura de la Enfermera Gestora de Casos y las consultas de Alta Resolución, implican eficiencia en la organización del sistema, reducen las gestiones y el peregrinaje del paciente a través de la compleja estructura del sistema de salud, para la realización de estudios, interconsultas, maniobras y pruebas diagnósticas. En definitiva, mejora la calidad asistencial y elimina una carga en la actividad médica, que en el actual modelo colapsa y reduce la capacidad asistencial de la consulta médica.
El pleno desarrollo de la Atención Domiciliaria es la clave de la asistencia entre niveles, partiendo de que más de la mitad de los pacientes hospitalarios son pacientes crónicos pluripatológicos susceptibles de Atención Domiciliaria, que podrían evitar su ocupación hospitalaria, necesitamos una adecuada estructura de gestión y los recursos humanos y materiales necesarios para cubrir dichas necesidades, principalmente de cuidados y de control de adhesión al tratamiento, y solo periódicamente revisión del diagnóstico y actualización de tratamientos.
Implantar este modelo de atención primaria conlleva la reorganización de la estructura hospitalaria, que dispondrá de más recursos para incrementar la actividad quirúrgica y atender los procesos realmente agudos.
Somos conscientes de que, al margen de las dificultades técnicas y estratégicas para la reordenación del modelo de salud a nivel global en todo el país, y los 17 modelos de salud existentes, MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS es imprescindible contar con la firme voluntad de abordarlo por parte de los políticos y gestores, dejando de lado partidismos y una visión provinciana y parcial de la sanidad española.
Fdo. Luis Miguel Alonso Suárez
Presidente AEES