Que malos son los augures, que tristeza produce acertar las previsiones cuando el horizonte es gris, y el cielo está cuajado de nubarrones.
En noviembre de 2016, hace la friolera de seis años, en el Congreso anual de Enfermería y Salud dijimos que “eran tiempos de Enfermería”, era el momento de no dormirse en los laureles, de despertar, de movilizarse. En los congresos de los años posteriores añadimos que el “mejor modelo de salud del mundo”, el nuestro, era obsoleto, estaba agotado, dijimos que hacía falta una profunda reforma para adecuarlo a las necesidades reales de la población. Encendimos la luz del famoso candil, y explicamos cómo debería ser esa reforma, y reivindicamos que la profesión enfermera tenía la capacidad y competencia para liderar dicho cambio. Terminamos en nuestro último congreso asegurando que hasta que no hubiese una “Enfermera en la Moncloa” nuestra profesión no encontraría el camino del verdadero desarrollo de su potencial.
En aquel congreso de 2016 se dijo literalmente que no sabíamos cómo sería la enfermera del futuro y si el cuidado sería su función principal.
Hoy estamos camino de ese futuro, diezmados física y emocionalmente por el Covid-19. Víctimas del gobierno más pernicioso para la enfermería española de toda nuestra historia.
Durante la pandemia dejó claro lo que opina de las enfermeras, peones prescindibles en primera línea de combate. En ningún momento contó con el cuerpo profesional a ningún nivel de decisión. Para el gobierno las enfermeras no son investigadoras, no son gestoras, no son docentes y nada tienen que decir en materia de salud pública, prevención y promoción de la salud.
Por lo cual no era de extrañar que un ministro de ese gobierno pretendiese mediante un decreto sobre universidades, relegar a la enfermería, arrinconarla, segregarla como profesión de la salud, alejarla de la equiparación que la titulación de grado le da con el resto de profesiones independientes, incluida la medicina.
Como ese envite no logró devolvernos a las ilustres siglas del sindicato de enfermería, es decir, a tiempos pasados, con una foto de nuestro insigne y majestuoso presidente del gobierno, redacción médica publica: -El Gobierno crea una FP con formación en «cuidados básicos de Enfermería»-
Los Colegios de Enfermería han reaccionado y anuncian su oposición al nuevo proyecto del gobierno. Un gobierno que intenta afrontar lo evidente, el colapso de nuestro modelo de salud, y lo hace como el culo. ¿Qué podemos esperar de la mediocridad? Para abordar una reforma, de la que no tienen ni idea, deberían contar con los profesionales del sector, no vamos a repetirnos en lo evidente.
¿Qué uno de los mil problemas que tiene la sanidad es la falta de profesionales? ¡Sin duda!, principalmente enfermeras y médicos, no mano de obra barata y sin cualificar.
¿Cómo será la enfermera del futuro? ¿El cuidado será su función principal?
El gobierno ya nos ha contestado…
Está muy bien que nuestros representantes protesten, pero o las 350.000 enfermeras dan una respuesta única y contundente, o ya nos irán diciendo a que nos tenemos que dedicar en los próximos años.
Luis Miguel Alonso
Presidente AEES