No hay más que dar una vuelta por una planta de hospitalización médica o quirúrgica de un hospital universitario y puedes observar lo que hay. No hay más que hablar con las enfermeras y enfermeros de cualquier hospital provincial español y los comentarios son los mismos. He tenido la ocasión de hablar con colegas de más de 10 provincias de diferentes regiones que comparten las mismas inquietudes y preocupaciones.
Podemos taparnos los ojos, mirar hacia otro lado o encerrarnos en nuestros despachos de gestión o en nuestras aulas repletas de estudiantes. No vamos como un tiro ni como un cohete. Hay días que soy optimista y muchos que no. Hoy es uno de esos. Profesionalmente los últimos veinte años he alternado la universidad y la clínica. En la universidad me ven como un clínico y en el hospital como un docente.

Soy extraño en ambos, pero soy conocedor de sus vergüenzas y fortalezas. Y vergüenza es la que siento cuando la Universidad de Cantabria elimina la asignatura de Bases teóricas e historia de la Enfermería, la cual era impartida por Mari Luz Fernández, amiga, ejemplo y referente enfermero de quien habla de Enfermería con alma, conocimiento y dedicación.
Vergüenza es ver profesores en las facultades sin experiencia profesional impartiendo contenidos carentes de ejercicio clínico.
Vergüenza es ver enfermeras expertas y con gran pericia y experiencia en sus áreas desfilando a otras en busca de “algo mejor”.
Vergüenza es ver al sindicato enfermero plegado a los poderes institucionales, vergüenza es ver la ausencia colegial, vergüenza es ver a nuestras enfermeras y enfermeros desgastados, quemados y hartos de las condiciones laborales sin que nadie haga nada al respecto. La falta de desarrollo competencial, de reconocimiento y visibilidad siguen vigentes, pero aun así somos tenaces.
Tenemos que creernos lo que hacemos y ser los garantes de los cuidados de la población, además de establecer puentes consistentes entre las diferentes áreas con el fin de un desarrollo enfermero donde seamos los líderes del cuidado y desarrollemos nuestro marco de competencias. ¿Y si esto no llega? Pues probablemente sigamos igual, sin mucho cambio, aguantando mecha. Yo propongo algo: aquellas compañeras y compañeros que decidieron eliminar la asignatura de bases teóricas de la Enfermería, aquellos y aquellas que son docentes universitarios y dictan cátedra desde los atriles, aquellos y aquellas que desde los des pachos de las direcciones de Enfermería, de los sindicatos y de los colegios los ocupan con “tesón”, propongo que vayan a galeras, que durante un año pisen barro, que vayan a las trincheras enfermeras, es decir, a las plantas de medicina interna, de neumología, digestivo, cirugía general, vascular, urgencias generales…que se calcen el pijama, que trabajen en turnos, que salgan veinte minutos tarde, que tengan que ir en sus descansos a una reunión de calidad, que hagan piruetas para organizarse con su pareja y niños…no estaría mal ¿verdad?.