Estamos acostumbrados a grandes foros participativos con centenares de comunicaciones, tanto orales, como póster, con múltiples ponencias y talleres, y cuando nos encontramos en actos más reducidos, un puñado de ponentes en estrecho contacto con un grupo de profesionales, podemos caer en la tentación de calificarlo como un evento menor, nada más lejos de la realidad.
Creo que hay cabida para todo tipo de evento, generar foros de difusión de la producción científica es esencial para progresar, para desentumecer y engrasar la maquinaria creadora, para mejorar como profesionales.
Y de la misma forma reuniones, como la XIII JORNADA DE ENFERMERÍA Y SALUD: NUEVOS RETOS ASISTENCIALES, celebrada en León el pasado 23 de mayo, en la que reunimos un centenar y medio de profesionales de la enfermería con diez ponentes, para mirar hacia el futuro, en la cercanía de un entorno acogedor, se convierte en un hito que debemos repetir con toda la frecuencia que podamos.
Compartir con referentes de la enfermería española, tanto los de dilatada carrera, como Carmen Ferrer, Gonzalo Duarte, y José Ramón Martínez, así como los de las nuevas generaciones, Santiago Martínez, Javier González, Mónica L. Popescu, Belén Fernández, Daniel Fernández, Santiago Parrado y Andrés Sánchez, ha sido sorprendentemente enriquecedor.
Y es que seguir sorprendiéndose es tremendamente refrescante, máxime en los tiempos que corren.
Tratar sin estridencias, con normalidad, sin conformismo, con sencillez la situación actual de la profesión, su especialización, su futuro en función de las necesidades futuras en materia de salud de la sociedad en la que nos encontramos. La repercusión de la innovación y las nuevas tecnologías en las herramientas de que dispondremos para desarrollar nuestro trabajo. No solo las funciones asistenciales, sino las docentes y educadoras, las gestoras, la investigación.
Y como colofón nos sumergimos en conocimientos y destrezas de áreas importantes de la salud, que generalmente no son protagonistas de nuestros encuentros y debates, pero pueden resultar vitales en un momento determinado.
Todo ello nos deja un grato sabor de boca, muchas cosas en las que pensar, muchas ganas de seguir transmitiendo, y la voluntad de repetir.
Desde aquí, muchas gracias a todos, a las enfermeras que asistieron y participaron y a los referentes de la enfermería española que nos acompañaron, por serlo y compartir con todos nosotros su experiencia y pensamiento.
La enfermería española tiene muchos y grandes referentes profesionales, solo le falta visualizarlos.
Luis Miguel Alonso Suárez
Presidente AEES