¡¡¡QUE VIVA LA PEPA!!!
(HABLANDO DE GESTIÓN EN NUESTRO MODELO DE SALUD 2ª PARTE)
Que tristeza sin fin, como cantaban Aznavour o Dyango, me produce el actual equipo de dirección de enfermería del Hospital de León, el más grande, en número de camas, de la comunidad autónoma.
Cuando la directora de enfermería alega que su gestión se basa en que cada uno de los casi dos mil profesionales a su cargo presten sus servicios profesionales donde les apetezca trabajar, dan ganas de llorar ante tanta generosidad y empatía, por eso me imagino que ese clima laboral que se respira nada más entrar en centro hospitalario de bondad e infinita felicidad, sin estrés, sin desánimo, ni abatimiento por parte de las enfermeras que flotan por los pasillos, las habitaciones y los controles de las unidades de puro gusto al trabajar donde les da la gana, es gracias al equipo de dirección de enfermería y su jefa al frente.
Obviamente me estoy refiriendo a la MOVILIDAD INTERNA y como la entiende a tenor de los hechos la dirección de enfermería de León. La gerencia, que es quien firma finalmente los concursillos, de esto no entiende, ni quiere entender. Son cosas de enfermeras, allá con sus cosas.
Los sindicatos lo tienen claro. A estas alturas no saben de lo que hablan, porque no son tan viejos como para conocer el origen de las cosas, ni la historia de la vida laboral de las enfermeras hospitalarias. Van a lo inmediato, a lo sencillo. Y no se les puede reprochar, no son gestores, no tienen por qué saber gestionar. Lo suyo es reivindicar. Y puestos a ello su tesis consiste en EXIGIR que TODAS las plazas vacantes en la división de enfermería del hospital, sin excepción, se oferten en una movilidad interna al menos una vez al año.
En primera instancia, parece razonable, aunque quizás lo de sin excepciones, puede ser un tanto intransigente. Pero solo es razonable cuando no se tiene ningún conocimiento en gestión de recursos humanos, lo cual exime de pecado al sindicalista, cuya función en la vida no es que el hospital funcione bien, y preste la mejor atención al ciudadano, sino los beneficios del trabajador, llana y sencillamente. No está obligado a pensar más allá, y cuando algún verso suelto lo hace es un plus añadido muy de agradecer.
Lo que entristece es la cruda realidad del hospital de León, dado que si lo gobiernan los sindicatos no precisamos de gestores sanitarios, los podemos echar a la calle y eso que nos ahorramos todos.
La dirección de enfermería confunde los roles y se considera un sindicato, o eso, o simplemente se doblega a la voluntad sindical sin ninguna resistencia, obviando cualquier criterio profesional de gestión y actuando como un amanuense, que tristeza sin fin.
Señora directora de enfermería, lamento desilusionarla, pero la Movilidad Interna no es la principal herramienta en la gestión de recursos humanos. Ni la gestión de recursos humanos debería ser su único entretenimiento.
La movilidad interna en los hospitales, que no es ley que obligue a los gestores, sino que es un pacto que nace del mutuo compromiso de gestores y representación de los trabajadores de adecuar el interés profesional, la competencia, destrezas, capacidad y conocimiento de las enfermeras para prestar sus servicios en los puestos de trabajo más adecuados a cada persona, NO PUEDE DEGENERAR en un blanco o negro, en la radicalización producto de la incompetencia de gestión de su equipo directivo.
Relea la descripción, no se trata de ofertar puestos a lo loco y a lo tonto, se trata de adecuar. Y obviamente hay excepciones.
Tristeza como enfermeras, indignación como gestoras, eso es lo que produce la movilidad interna convocada por la dirección de enfermería del hospital de León.
Es tremendo que la directora de enfermería y su equipo se sientan ORGULLOSAS de haber convocado, nada más asumir la dirección de enfermería, casi un 60% de todas las plazas existentes de enfermeras y más de un 80% de las de Auxiliar de Enfermería*.
Resolver y aplicar semejante volumen de movilidad como elefante en cacharrería, con bota de hierro, obviando el sentido común, las circunstancias especiales, la gestión del conocimiento, aplastando cualquier discrepancia, sin importar el resultado de la carnicería, me produce una tristeza infinita.
En otro capítulo y con un talante más docente explicaremos a la directora de enfermería como conjugar la gestión de personal con la movilidad interna, garantizando la calidad de los servicios prestados al usuario.
En cualquier caso, más que una duda es una certeza, o mejor dicho una absoluta incredulidad: ¿Un 60% de las enfermeras y un 80% de las auxiliares de enfermería no tenían plaza asignada en el Centro hospitalario? NO ME LO CREO.
Cierto es que el hospital de león en los últimos años se había degradado de manera preocupante. ¿Nos esta diciendo la dirección de enfermería que la degradación era tan grande? Pues si lo era haber demostrado una mínima capacidad de gestión para resolverlo paulatinamente y no generar más caos y desolación.
UNA DIRECCIÓN DE ENFERMERÍA NO SE DEBE PRINCIPALMENTE A LAS ENFERMERAS QUE DE ELLA DEPENDEN, SE DEBE A LOS CIUDADANOS A LOS QUE ATENDEMOS, PARA QUE LOS PROFESIONALES MEJOR FORMADOS, CAPACITADOS Y COMPETENTES SEAN QUIENES LES ATIENDAN EN CADA PUESTO DE TRABAJO.
UNA DIRECCION DE ENFERMERIA NO ES UN SINDICATO, DEBERIA SER UN GESTOR.
Que tristeza sin fin, aunque para algunos sea un… ¡QUE VIVA LA PEPA!
*Datos de plantilla de 2018