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Soy enfermero, represento a la Asociación Española de Enfermería y Salud, una sociedad científica de ámbito nacional, con más de 1500 socios, lo que nos convierte en un referente en enfermería generalista. Y si bien tenemos delegación en casi todas las CCAA, la sede la tenemos en la ciudad de León, en Castilla y León, donde la situación no tiene nada que ver con Madrid o Cataluña, en cuanto al caos sanitario, pero la sanidad de la España carpetobetónica en la que nos toca vivir a algunos también tiene lo suyo.
Mientras el gobierno y las consejerías nos dicen que tenemos de todo, que se compra aquí y allí tantos millones de esto y de aquello, la realidad a pie de cama es muy diferente.
Los profesionales asistenciales en primera línea: Enfermeras, médicos, auxiliares de enfermería, técnicos especialistas y celadores, se están jugando la vida por pura responsabilidad y compromiso con la ciudadanía, pero sin medios, sin recursos. No hay mascarillas adecuadas, no hay equipos de protección, no hay test para hacer las pruebas… ¿Dónde están los recursos?… El ministro de sanidad lo sabrá, o el vicepresidente del gobierno al que no afecta la cuarentena…
Es curioso que cuando las autoridades sanitarias a nivel internacional (OMS) indican que se deben aumentar las pruebas de detección del virus, sobre todo a pacientes y profesionales y resto de población, aún con sintomatología leve, resulta que a los trabajadores se nos pone mil pegas para realizarnos el test, mientras en el Congreso de los Diputados se realiza a todos sus miembros sin indicación en la mayoría de los casos, solo por ser políticos, una gran medida para mejorar la raza y el prestigio de los propios políticos. Ya sabemos, según ellos, quien va primero para salir del Titanic.
Y nuestros gestores que trabajan a golpe de improvisación, dejan mucho que desear, y se parapetan en ahora no toca ya se analizará después, cuando todo vuelva a la normalidad, aunque claro, quizás nos tengamos que ir preguntando como será esa normalidad.
Primero iban a ser unos pocos casos. Después nos pidieron tranquilidad, luego responsabilidad, ahora toca un venceremos al virus y todo será como antes.
Si algo tengo claro es que la sanidad no debería ser como antes.
Este después de la alerta, puede ser un buen momento para afrontar la reforma de nuestro modelo de salud, un modelo que estaba muy bien hace 50 años para la población de hace 50 años, hoy necesitamos otra cosa.
Hablar de la reforma del sistema implica ser conscientes de algunas cosas, como el papel de la enfermera en este tinglado.
Todo el mundo reconoce la importancia de las enfermeras, tanto en las crisis, pues están en primera línea de batalla, como de normal.
Es el profesional que más cerca esta del paciente, cuidándole, atendiéndole, escuchándole, posiblemente sea el profesional sanitario con quien más empatiza la ciudadanía… Pero todos tienen claro que no deja de ser el ayudante del médico, que es el que sabe, naturalmente.
Lo que no hemos sabido transmitir las enfermeras a la opinión pública y a la sociedad es que hoy en día no somos ayudantes de nadie. La enfermera, académicamente es un profesional graduado, lo mismo que el médico. Es lo mismo que un abogado, un ingeniero o un veterinario, ni más ni menos. Con funciones propias, que trabaja en colaboración con los médicos (no subordinación) dado que compartimos un mismo objetivo: cubrir las necesidades de salud de la población, cada uno desde un enfoque diferente, pero complementario. Unos diagnostican y aplican tratamientos, y otros cuidan, educan y previenen.
Las enfermeras tienen capacidad y competencia, no solo para cuidar, sino también para prevenir, educar y gestionar.
El director general de la OMS quería dedicar este año a desarrollar la faceta gestora de la enfermera, darla protagonismo.
La realidad en situaciones de crisis suele ser aplastante. Mi vivencia en un hospital de referencia de mil camas en león es la siguiente:
No hay una representación adecuada de enfermería en los Comités de Crisis, ni en ningún punto de decisión.
¿Tenemos el protagonismo social?, ¡SI!, como soldadito en primera línea de batalla, a mucha honra, pero en la cadena de mando no tenemos ni siquiera sargentos.
Esta es la realidad del Nursing Now que nos estaban vendiendo.
Seguramente lo que estoy diciendo no será políticamente correcto, pero estamos en medio de una crisis, de una guerra, y se hace difícil expresarse como si no pasara nada.
Cuando estas en una planta de pacientes «COVI» y miras a los ojos a las enfermeras, muchas de ellas con más de 60 años, con pluripatologías complicadas, colocarse los pocos equipos de protección de que disponen para entrar en una habitación y atender a un paciente, o cuando salen de esa habitación y tienen que seguir el procedimiento para no contaminarse, lo que ves en esos ojos te cambia la vida, el estomago se encoje y el corazón revienta.
Que saldremos de esta… ¡SI!
Que todo volverá a ser como antes… ¡NO!, imposible, tendremos que convivir con heridas y heridos.
Y esto no lo dice un whatsapp anónimo, lo dice Luis Miguel Alonso Suárez, presidente de la Asociación Española de Enfermería y Salud.
¡¡¡QUEDATE EN CASA!!!
ANATOMÍA DE LA TRANQUILIDAD
DEL NURSING NOW A LA CRUDA REALIDAD
En ocasiones la percepción del tiempo juega con nosotros. Parece que fue hace un siglo cuando desde la OMS lanzaron el aviso sobre una infección en China, ese sitio donde se fabrica casi todo lo que usamos cotidianamente.
Nos dijeron que era un virus nuevo de baja letalidad y que solamente tendríamos algún caso esporádico. Claro que el ver a los profesionales vestidos de astronautas nos chocó, ¡que raros los chinos!
El Covid-19, que aun no sabía cómo iba a llamarse, se extendió y comenzó a viajar. Y nos dijeron TRANQUILIDAD, que no cunda el pánico, solamente tenemos que tomar algunas precauciones, medidas de protección frente a transmisión por gotas y contacto, aunque al describirlas incluían las medidas de transmisión aérea, posiblemente frente a situaciones que generasen aerosoles. O quizás porque no se tenía muy claro como se transmitía. Pero machaconamente nos decían TRANQUILIDAD. Aunque las imágenes, tipo escena de película de “ET” con los profesionales dentro de aquellas escafandras no daban mucha tranquilidad.
Cuando el coronavirus llegó a nuestra Vecina Italia y seguíamos oyendo lo de TRANQUILIDAD, no se logró detener el escalofrío que sentimos por la espalda. Y aquellas imágenes de ciencia ficción de un remoto rincón del mundo que vimos escépticos, adquirieron un nuevo sentido. Y una sensación de urgencia nos embargó.
Y como el dicho, de Roma al Cielo… Madrid 20 se convirtió en otra cosa muy diferente a lo esperado, y comenzaron las carreras. Y el virus nos ganó por goleada. De lo cual nuestros políticos y gestores tienen una buena parte de responsabilidad.
Nuestra sociedad, en situación ordinaria, acepta sin mucho alboroto la mediocridad de políticos y gestores, que son la misma cosa, pues los primeros eligen a los segundos para que nos gestionen, entre sus propios especímenes y amiguitos, dado que el criterio para gestionar en este país, sobre todo en sanidad, es ser amigo de alguien, lo de formación, capacidad y competencia se quedó para un mundo ideal.
Pero cuando surge una crisis, y esta lo es con mayúsculas, es donde realmente se mide y exige la valía de quienes toman las decisiones.
Y hablando de toma de decisiones, aquí y ahora, en plena crisis pandémica, sin maquillaje, sin postureo, sin fachada, es donde el director general de la OMS tiene la respuesta al año internacional de la enfermería, aquí podemos ver la realidad del Nursing Now.
¿Dónde ha estado y está la enfermera en esta crisis sanitaria de nivel mundial?
Como buen soldadito, en el frente, en primera línea de batalla, con su fusil y sin mascarilla, porque hay pocas. Para gobernar, para gestionar, para dirigir, hay generales, coroneles, incluso capitanes… que no son enfermeras.
Ahí está el Nursing Now de verdad, sin fotos con ministros, ni consejeros, ni presidentes colegiales, esa es nuestra enfermera, la de verdad, la de a pie de cama, de la que nos sentimos muy orgullosos, a la que aplaudimos, aunque yo agradecería más que aplausos, la confianza para dirigir, para gestionar esta, o cualquier otra situación, para la que académicamente estamos preparados.
Desde Enfermería y Salud damos todo nuestro apoyo a los “nietos de Einstein” que nos dirigen para superar esta emergencia sanitaria, a pesar de no haber tomado las medidas de contención de la infección cuando esta proliferó en los países vecinos e incluso cuando se inició en el nuestro. Les apoyaremos a pesar del desconcierto que la descoordinación informativa ha generado en los profesionales. Incluso cuando nadie comprende las decisiones en las que hoy es blanco, dentro de un rato es negro y mañana será gris. Incluso cuando el conjunto de la población, y los propios profesionales, debemos someternos estrictamente a los protocolos establecidos, pero los miembros del Congreso de los Diputados, o el vicepresidente del gobierno se saltan dichos protocolos, porque quizás entiendan que tienen más derechos que el resto de la ciudadanía.
Aún así les apoyaremos para salir del caos de una pandemia que, por desconocida, por falta de protección inmunológica de la población, la hace diferente de la gripe.
Les apoyaremos a pesar de que el presidente del gobierno de España nos diga que no nos va a faltar de nada, y los responsables autonómicos nos cuenten que no hay mascarillas (epis), ni se las espera, y pidan a la población y a las empresas que en lugar de aplausos entreguen las mascarillas que puedan tener en sus domicilios.
Les apoyaremos, aunque para ustedes la enfermera sigua siendo lo que siempre creyeron que era: la ayudante del médico. Les ayudaremos a pesar de la hipocresía de la foto del Nursing Now
Les apoyaremos, aunque no se lo merezcan, simplemente por el bien común, por salvar vidas, por responsabilidad. Siempre se nos ha dado bien obedecer y callar. Les apoyaremos.
Ayer era TRANQUILIDAD, hoy es RESPONSABILIDAD, lo bueno del idioma de Cervantes es que es infinito en sus posibilidades.
Seremos responsables, pero no nos sigan pidiendo TRANQUILIDAD, no es posible, y si además de enfermera, somos mayores de 60 y tenemos otras patologías complicadas… y se nos acaban los equipos de protección, y estamos en el frente de batalla, y somos incapaces de producir respiradores, y contamos con unos buenos jefes que corren como gallinas sin cabeza… de tranquilidad nada.
Suspiro y al cielo miro, mientras a la población pido: ¡¡¡QUEDENSE EN SUS CASAS, POR FAVOR!!!
Luis Miguel Alonso
Presidente
ACTA DE LA ASAMBLEA 20 DE FEBRERO 2020
El 20 DE FEBRERO DE 2020 a las 14,30 horas se reúne, en segunda convocatoria, en la sala de reuniones del edificio San Antonio Abad, del hospital universitario de León la asamblea ordinaria de la asociación.
En primer lugar el Secretario de la Asociación da lectura al acta de la sesión anterior, que se aprueba por unanimidad.
Acto seguido la Junta Directiva presenta el cierre económico del ejercicio 2019, así como la evolución del nivel de asociados, que continua con un crecimiento importante. Aprobándose por unanimidad.
Seguidamente el Presidente explica las gestiones y conclusiones del V Congreso de la Asociación celebrado en León con un resultado de nueva superación de objetivos y expectativas. Por otro lado explica el proyecto congresual de este año, que se realizará en Madrid, que en esta ocasión volverá a ser internacional. También explica el amplio desarrollo de la Asociación y su implantación en varios territorios planteando realizar dos jornadas de ámbito nacional, una en León y otra en Barcelona, que complementen el propio congreso internacional. Así mismo presenta un ambicioso proyecto de formación continuada presencial en León, Cantabria, Burgos y Galicia. Y una importante incursión en el mundo universitario dirigido a los alumnos de grado de enfermería de universidades de León, Santiago de Compostela, A Coruña y Burgos.
También se informó sobre la evolución y progresos de la revista de la asociación, que ya está indexada, y se animó a seguir en dicha linea editorial.
Por otro teniendo en cuenta que la cuota social no ha sufrido ninguna variación en los últimos quince años se propone y aprueba por unanimidad el incremento de la cuota social a 30€ al año a partir de 2021, dicho año incluido.
Se propone la elección, si procede, de la cobertura de los vocales delegados de Comunidad Autónoma Vacantes en la Junta Directiva, concretamente:
D. Juan Gómez Salgado, como delegado territorial en Andalucía.
D. Gonzalo Duarte Climents, como delegado territorial en Canarias.
Dña. Sandra Campuzano Jiménez, como delegada territorial en Cataluña.
Dicha propuesta se aprueba por unanimidad.
Sin más temas a tratar se levanta la sesión a las 15,45 horas.
Como presidente de una sociedad científica enfermera de ámbito nacional, con sede en León, y casi 1500 socios, me dirijo a los colegios profesionales del sector de la salud, a los sindicatos, a las sociedades científicas, a los equipos de gestión de enfermería, a los partidos políticos, a los alcaldes de Castilla y León, que representan a la ciudadanía en general, y a los medios de comunicación, para que se sumen a esta solicitud de RESPETO a la Salud de la población y respeto a los Profesionales del sector.
El Sistema Nacional de Salud necesita una reforma integral, diseñada, planificada, estructurada, negociada y explicada, no una improvisación. Necesita de un todo, no un cachito.
Sorprendente el artículo “SACYL DELEGA EN LOS VECINOS DE LOS PUEBLOS EL CUIDADO DE ENFERMOS EN CASOS URGENTES”, firmado el 11 de febrero por Pilar Infiesta en el Diario de León.
En el medio año largo de legislatura para la Consejería de Sanidad de Castilla y León la reforma del sistema de salud simplemente pasa por potenciar la atención primaria. ¿Cómo? Ya quisieran saberlo y para que nadie diga que no tienen ni idea se han molestado en ofrecer diversas ideas “peregrinas” y proyectos “descabalados” que obviamente no son parte de un todo, como el que presentan en este artículo y que denominan “Soporte Vital Social”, donde la ciudadanía convertida en “voluntariado” por la virtud de un cursillo y mucha voluntad, sustituye al profesional de la salud. Y dicen que están copiando el “Modelo Nórdico” con el lema de “Cuídese usted mismo y al vecino”. Para otras cosas importamos el modelo venezolano, cubano, escocés o iraní.
Y creíamos que España era un país civilizado.
Aunque pueda parecer una opereta cómica, es para llorar.
Si no hay profesionales médicos ni enfermeras en búsqueda de empleo, alguien deberá encargarse de que nuestras universidades produzcan, como si de hospitales chinos se tratase, el numero necesario y suficiente de Profesionales Asistenciales para atender las necesidades en materia de salud de nuestra población.
Si no tienen, ni quieren gastar dinero en la contratación de los médicos y enfermeras necesarios para que el Sistema Nacional de Salud siga siéndolo, en lugar de convertirse en una ONG (voluntariado), díganlo claramente, sean honestos con la ciudadanía.
Este tipo de propuestas, envueltas en una especie de falso buenismo y condescendencia con la ancianidad, no solo ofende a las personas mayores, que somos la mayoría, sino también a los PROFESIONALES, y por la parte que me corresponde ofende a las ENFERMERAS.
Si en los años veinte, del siglo XXI, retroceden 80 años, al momento en que mi madre, que en gloria esté, ama de casa, ponía las inyecciones a los vecinos del edificio y del barrio, por falta de asistencia profesional, poca diferencia hay con lo que se propone en este maravilloso “modelo nórdico” de nuestra excelsa consejería de sanidad.
O estamos haciendo el ridículo invirtiendo de 4 a 6 años en formar una enfermera y de 6 a 10 años en formar un médico, cuando cualquier ciudadano voluntarioso puede sustituirnos, o necesitamos una nueva Consejería de Sanidad y vaciar el Palacio del Paseo de Zorrilla. Mejor estarían atendiendo urgencias sus inquilinos.
“Soporte Vital Social”, una gran idea para celebrar el AÑO INTERNACIONAL DE LA ENFERMERIA, por cierto, dirigida en Castilla y León por un Director Técnico de Atención Integral de Urgencias y de Cuidados, médico de profesión.
En el paseo de Zorrilla (véase Consejería de Sanidad) Alguien no ha traducido bien al Director General de la OMS cuando insta a las ENFERMERAS a asumir puestos de gestión tanto el sector de la salud, como el la estructura social, y una vez más en su estructura las ENFERMERAS del sistema de Salud de Castilla y León son dirigidas por un médico, sin demérito de su profesión, a la que debería dedicarse, en calidad de Director Técnico de Cuidados, o como vulgarmente denominábamos anteriormente Subdirector General.
Personalmente trabajo para que algún día una enfermera sea presidenta del gobierno de España (ya nos han demostrado que cualquiera puede serlo), mientras tanto…
Por favor no sigan torturándonos con nuevas ocurrencias, para eso ya tenemos el club de la comedia.
AEES
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